Ciudad de México / lunes, 08 de noviembre 2010
N22/ Distrital Revista
Por: Juan Carlos Villarruel. Enviado, y Hugo Pescador. Corresponsal
Puerto Vallarta, Jal.- Pese a las aportaciones de los migrantes a los países de origen y destino, con frecuencia ellos son presa fácil de la discriminación, intolerancia, xenofobia y racismo, advirtió Navanethem Pillay, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Al conmemorar aquí el 20 aniversario de la adopción de la Convención Internacional sobre la Protección de los Trabajadores Migratorios y sus familias, la funcionaria de la ONU señaló que, especialmente, los trabajadores migratorios irregulares son los más vulnerables.
Como parte de las Jornadas de la Sociedad Civil en el IV Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, sostuvo que con frecuencia se les conculcan derechos laborales y fundamentales, como el acceso a la salud o a la vivienda digna, o bien se ven obligados a aceptar riesgos desproporcionados en seguridad o salud en sus trabajos.
Los migrantes irregulares son más fácilmente víctimas de acoso sexual, violencia “o peores atrocidades”, a pesar de que está demostrada su capacidad de adaptarse a las sociedades que los reciben, y de contribuir con entusiasmo al desarrollo de la comunidad a donde se integran.
Incluso, mencionó que según cálculos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay en el mundo 105 millones de migrantes económicamente activos, muchos de los cuales tuvieron que mudarse ante la falta de condiciones de sobrevivencia en sus países de origen.
Ante ello, la alta comisionada de la ONU reclamó la reducción en la explotación en todos sentidos a los migrantes, y que se les dé un trato equitativo como elementos para construir prosperidad, cohesión social y gobernabilidad democrática.
En relación a la convención firmada en 1990, comentó que se ha desarrollado un organismo integral de derecho que protege a los migrantes, el cual refleja principios y experiencias prácticas.
“La historia muestra que el bienestar y la paz social en las naciones sólo se pueden sostener bajo las condiciones de un gobierno democrático, con la credibilidad y la capacidad de aplicación que ofrece el Estado de derecho”, expuso.
Por ello, dijo que el fracaso en la protección a los grupos vulnerables, como los migrantes, y la impunidad en los abusos en su contra, socavan la convivencia pacífica de los pueblos.
Además, cuando se violan o ignoran los estándares internacionales de protección, “inevitablemente las sociedades pagan el precio del aumento de prejuicios, divisiones étnicas o religiosas”, agregó.
Al respecto, Navanethem Pillay pidió que se establezca en el mundo un enfoque de la migración basado en los derechos humanos, porque así se tomarán decisiones políticas correctas.
Recordó que respetar los derechos de los trabajadores migrantes contribuye a evitar injusticias, sin importar el estatus legal de las personas.
“Quiero recalcar que las personas migrantes en situaciones irregulares no pueden ser privadas de sus derechos humanos”, concluyó.
Con información de Notimex
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