domingo, 6 de marzo de 2011

Enfrentan migrantes adversidades al buscar el "sueño americano"

Reynosa, Tamps/ domingo, 06 de marzo 2011
Revista Distrital


Luego de 35 días de abandonar su país, Guatemala, y haber soportado frío, hambre, golpes, despojo de propiedades y dinero, Jorge Cantú, arribó a esta ciudad fronteriza, con la intención de internarse a Estados Unidos a través del río Bravo.

El anhelo de concretar el denominado "sueño americano", orilló a este guatemalteco a dejar a su esposa e hijo de 13 años, para atravesar todo el territorio mexicano, enfrentando una serie de adversidades y obstáculos, hasta el punto de poner en riesgo su vida.

Indicó que aunque su odisea inició con un numeroso grupo de unas 600 personas, entre hombres, mujeres y niños, todos con la ilusión de llegar a Estados Unidos, hasta esta frontera sólo llegaron cuatro personas, ya que el resto "se quedó en el camino".

Su viaje se inició en Guatemala internándose a México por el estado de Chiapas, donde dice "empezó nuestro peregrinar, ya que nuestro único delito es no tener documentos para ingresar a México y mucho menos a Estados Unidos, pero no le hacemos daño a nadie".

Lo primero que hizo, dijo, fue subirse como "mosca" a la "bestia", es decir al tren que los acercaría a la frontera norte y una vez ahí, tuvo que aguantar el frío, el hambre, las revisiones e incluso los insultos y pedradas que los pobladores de los lugares por los que van pasando.

Aunque no todo fue malo, dijo, pues reconoció que hay personas y centros de ayuda que los atienden en caso de ir lastimados, lesionados e incluso heridos, además de proporcionarles alimento y ropa, manera de como logran soportar las inclemencias de los días y noches que viajan sobre la "bestia".

De 1.65 metros de estatura, tez morena, con la marca que los rayos del sol han dejado sobre su rostro y brazos, Jorge narra que el trayecto más difícil una vez estando en territorio mexicano, lo vivió en el estado de Chiapas, donde sufrió abusos de efectivos policiales y de migración.

"Es difícil todo el camino, ya que en todos lados encontramos de todo tipo de gente, pero en Chiapas los mismos policías locales y de migración son los que nos robaron el poco dinero con el que ingresamos a México", expresó.

Con la mirada triste y aún aferrado a que su único delito en este país es utilizarlo de paso para llegar a Estados Unidos, lamentó que los policías municipales y estatales de las diversas entidades que atraviesan les quiten sus pertenencias pues dijo que sólo los chantajean y asustan diciéndoles que los van a deportar.

"Cuando ven que el tren se acerca, rápido llegan los de migración y la policía local y rodean el tren, empiezan a decir que el que no traiga papeles lo van a detener y que por lo menos pasara ocho días en la cárcel, y si traemos dinero nos quitan la mayor parte, no todo, pues mas adelante tenemos que darle a otros policías" dijo.

"Estaba consciente que al iniciar esta aventura correría muchos peligros, pero corremos más peligros quedándonos en nuestra propia casa, en donde no tenemos trabajo, donde somos víctimas de la delincuencia, me robaron el equipo para mi trabajo y ahora pues no me quedo más que salirme y buscar el sostén e mi familia", mencionó.

Recordó que la casa que comparte con Rosa María, su esposa, y su hijo, es pequeña, ubicada en un sector de la clase popular, pero aún así han sido objeto de amenazas, chantajes y extorsiones por parte de grupos delictivos como los "maras" que en la actualidad esta compuesto por personas de diversas nacionalidades de Centroamérica.

De profesión soldador, Cantú dijo que su intención tras haber llegado a esta frontera y recibir el apoyo del personal de la casa del migrante será la de recaudar la cuota mínima, 250 dólares, para pagarla a las personas que se encargan de realizar el trabajo de "pasadores" a través e las aguas del río Bravo.

Hay momentos en que el guatemalteco no logra controlar el tono de su voz, se quiebra aunque evita que alguna lágrima asome y reconoce que a veces quisiera regresarse a su casa debido a todas las situaciones adversas que enfrentan para poder llegar tan solo a la frontera norte de México.

Sin embargo cambia rápidamente su actitud y se dice orgulloso de haber llegado a la frontera, a Reynosa, en donde a unos cuantos pasos se encuentra la tierra prometida, sin importar los peligros de las aguas del río Bravo, el muro fronterizo, la vigilancia terrestre y aérea.

"En Chiapas empezamos unos 600, entre hombres, mujeres y niños, pero muchos desistieron en el camino, otros mas fueron deportados y algunos prefirieron quedarse en alguna ciudad o estado mexicano para seguir juntando dinero" dijo

Su rostro se ilumina cuando dice que ya está mas cerca de alcanzar la meta, la ciudad de Houston, Texas, ya que según él, esta considerada como una ciudad que contrata mano de obra ilegal, además de haber facilidades para poder vivir y en donde (asegura) el idioma ingles no es indispensable, "además dicen que ahí cualquiera te echa la mano". (Con información de Notimex)

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