domingo, 19 de diciembre de 2010

Ex guitarrista de Caifanes recrea la magia de Pink Floyd con la orquesta sinfónica

Ciudad de México / domingo, 19 de diciembre 2010
Distrital Revista

Música

La música de los legendarios Pink Floyd cobra forma de sinfonía en México con un espectáculo mezcla de rock y música clásica a cargo del ex guitarrista de Caifanes, Alejandro Marcovich, y de la Orquesta de San Luis Potosí.

Marcovich, de origen argentino y quien volvió a los escenarios recientemente después de un severo problema de salud, explicó hoy a Efe que desde muy joven es fan de Pink Floyd, pero que nunca imaginó que tendría la oportunidad de rendir un tributo a la banda.


"Desde la adolescencia, por primera vez en Buenos Aires, donde nací, escuché por primera vez un acetato con el sonido de Pink Floyd, y me quedé impactado por el sonido", indicó.

El grupo británico logró sus mayores éxitos durante la década de los setenta con composiciones que fueron calificadas entonces como psicodélicas, y que evolucionaron hacia el rock progresivo.


El alma de la banda, Roger Waters, actúa esta noche en el Distrito Federal, precisamente, con su espectáculo "The Wall", que conmemora las tres décadas desde el lanzamiento del disco del mismo nombre. Waters ofrecerá otros dos conciertos los días 19 y 21.

La obra de Marcovich y la orquesta potosina convocaron anoche un preestreno en el Centro Cultural Universitario Bicentenario de San Luis Potosí (centro del país) ante 1.400 personas, quienes disfrutaron de las partituras arregladas por el director huésped de la sinfónica, Arturo Rodríguez.


Durante casi dos horas, el público coreó, primero sorprendido y finalmente emocionado, temas como "Money", "Wish you were here", "Another brick on the wall" y "In the flesh". Gran parte de los temas que sonaron pertenecían a uno de los más míticos álbumes de la formación, "The dark side of the moon".

El director huésped de la sinfónica, Arturo Rodríguez, explicó a Efe que durante meses escuchó los álbumes del grupo para asimilar su esencia, y escribir las partituras.


"Fue un gran reto, pues se requería fusionar una obra muy compleja sin permitir que ésta perdiera su calidad, y al mismo tiempo, dar a la orquesta el peso para combinar la riqueza de instrumentos y sonidos", contó.

El músico destacó asimismo la vigencia de la música de Pink Floyd pese a las décadas transcurridas desde su creación.

Con información de la Agencia EFE

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