Ciudad de México / viernes, 24 de diciembre 2010
Distrital Revista
Empujones, filas, problemas, enojos, regaños, desesperación y hasta recriminaciones, son algunos de los problemas que los capitalinos tuvieron que padecer para adquirir sus regalos de Navidad de última hora.
Sin embargo, en comparación con otros años, en algunos centros comerciales la gente no llegó en la misma cantidad, aunque familias enteras asistieron a los centros y plazas comerciales para comprar el último regalo para el tradicional intercambio de la cena de Navidad.
Las áreas más concurridas son las de tecnología, electrónica, juguetes y, a pesar del disgusto de los niños, el departamento de ropa.
Las plazas comerciales más visitadas en el centro Histórico, fueron las ubicadas en el Eje Central Lázaro Cárdenas, donde las personas para ingresar no quedaban exentos de recibir empujones y pisotones a cada paso.
En la plaza de la Tecnología, ubicada entre República de El Salvador y República de Uruguay, los clientes formaron una masa heterogénea de hombres, mujeres, jóvenes, niños y alguno que otro abuelito que acudían a comprar consolas de videojuego, computadoras o aditamentos requeridos por sus familiares.
Entre esa maraña de gente, los vendedores "atacaban" desde la entrada de la plaza: "qué busca", "qué le muestro" y algunos de los clientes caían en sus garras desde el principio, no sin antes interrogarse con la mirada y observar al interior de la plaza que a medio día estaba completamente llena.
Mientras los adultos mostraban a los vendedores algún papel con el nombre del regalo escogido por sus hijos o nietos, otros trataban de pronunciarlo sin mucho éxito, confiando en el conocimiento del vendedor.
Mientras, en la vía pública los vendedores ambulantes llamados "toreros" vendían programas, guantes y juguetes, entre otras cosas.
En el Bazar de la Computación y del Video Juego, ubicada en Eje Central casi esquina con avenida Juárez, la mayoría de los clientes eran jóvenes, quienes llenaron el inmueble en parejas o pequeños grupos que se perdían y descomponían en el interior.
Asimismo, las tiendas departamentales ubicadas a un costado del Zocalo capitalino recibían a un buen número de clientes, aunque no como en años anteriores.
Al medio día, los clientes caminaban tranquilamente por los pasillos de esos almacenes, mientras en las cajas no se tenía problema para pagar, pero los regaños a los niños que salían corriendo para ver los juguetes, se escuchaban repetidamente.
En la esquina de avenida 16 de Septiembre y Palma, en la "Gran Plaza Ciudad de México", se observó el centro más olvidado por los habitantes, ya que todos los comercios se mostraron casi sin movimiento.
Por su parte, en la calle de Tacuba, en la plaza "Alejandro Barrios Richard", también la gente se negó a entrar y sus comercios estaban sin clientes, aunque pasos adelante, en una vinatería la fila llegaba hasta la calle.
Sin embargo el Centro Histórico siguió mostrándose como uno de los lugares preferidos de los capitalinos para comprar sus obsequios de Navidad, aunque hacerlo el día 24 de diciembre resulte "una locura". (Con información de Notimex)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario