Ciudad de México / martes, 30 de noviembre 2010
N22/ Distrital Revista
Diseñado para reducir tensiones y náuseas, así como restablecer el sentido del equilibrio en los viajeros espaciales, el aparato de electroacupuntura creado por expertos mexicanos cumple 25 años de su primer vuelo orbital.
Después de 10 mil años del ejercicio de la acupuntura en el lejano Oriente y de tres cuartos de siglo en Europa, correspondió a científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del IPN, poner en práctica por primera vez este equipo.
Desarrollo tecnológico que emplea como variante aplicar impulsos eléctricos que no requiere perforar la piel de las personas.
Esta tecnología llegó al espacio a bordo del transbordador Atlantis, como parte de la Misión STS 61-B, que también puso en órbita al satélite "Morelos", con lo cual la NASA dio la oportunidad a México de participar en esta investigación.
La sección de Bioelectrónica de Cinvestav se encargó de modificar y reducir el equipo usado en el experimento de electrocupuntura para soportar las vibraciones y fuerzas generadas durante el despegue, así como garantizar un funcionamiento seguro en condiciones de ingravidez, en la misión que permaneció en el espacio del 26 de noviembre al 3 de diciembre de 1985.
Con el sistema se realizaron mediciones en 40 puntos centrales de los meridianos y vasos definidos por la electrocupuntura, los cuales son representativos de las condiciones particulares del organismo.
El propósito era precisar un diagnóstico en 21 puntos específicos (sistema endócrino, proceso vascular, sistema nervioso, colon, riñón y estómago, entre otros) que generalmente se alteran cuando existen condiciones diferentes a las encontradas en el hábitat normal de todo ser humano.
Los científicos plantearon la hipótesis de que una de las causas por las que los tripulantes tienen dificultad para caminar es la alteración del equilibrio corporal, por lo que se buscó corregir este tipo de trastornos con el sistema creado por el Cinvestav.
A partir del equipo rediseñado por científicos y estudiantes del Cinvestav, se confirmó que es más evidente la capacidad de restablecimiento del equilibrio en el lado derecho del cuerpo.
Entre los investigadores del Cinvestav que participaron estuvieron: Joaquín Remolina López, Vicente Galeana Castro, Joaquín González Silis, Jorge Gutiérrez Díaz, Tomás Murguía Nuno, Pablo Rogelio Hernández y Javier Contreras Sandoval.
Además de la investigadora Cecilia Montañez, del Departamento de Biología Molecular y Genética, quien proporcionó los virus y bacterias usados en otro de los experimentos, el de bacteriófagos.
Con información de la Agencia Cultural N22 y Notimex
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