CIUDAD DE MÉXICO / viernes, 27 de agosto de 2010
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Salud
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Un gran porcentaje de adultos mexicanos tienen factores de riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular, lo que para los expertos indica que, de no mediar una intervención de salud pública, la tasa nacional de enfermedad cardiovascular seguirá la tendencia creciente que comenzó hace varias décadas.
En un estudio sobre 20 mil mexicanos mayores de 20 años, los autores hallaron que el tabaquismo y la obesidad eran los factores de riesgo cardíaco más prevalentes.
Un tercio de los hombres dijo que fumaba y la mitad de las mujeres tenía obesidad abdominal, definida como una circunferencia de cintura de más de 90 cm en las mujeres y más de 100 cm en los hombres.
El 30 por ciento de los hombres y las mujeres tenían presión alta. El 13 por ciento de los adultos era diabético y un porcentaje similar presentaba colesterol alto.
Esto supera significativamente las cifras mexicanas de hace 50 años, según publicó American Heart Journal.
En 1960, la tasa nacional de diabetes no superaba el 3 por ciento, antes de aumentar al 8 por ciento en la década de 1980. Lo mismo ocurrió con la hipertensión, que pasó del 10 al 20 por ciento en los 90 a la cifra actual.
Esos patrones replican la tendencia que estudios previos habían demostrado sobre la tasa de mortalidad por enfermedad coronaria en México, que casi se duplicó entre 1970 y el 2000.
La tasa actual (56 muertes por enfermedad cardíaca por cada 100 mil personas) sigue por debajo de la tasa de Estados Unidos, de 135 muertes por cada 100 mil personas en el 2006.
Pero, esa brecha está sesgada de algún modo porque la población de Estados Unidos es mayor que la de México. Además, las tendencias de enfermedad coronaria en ambos países están creciendo en direcciones opuestas.
Entre 1970 y el 2000, Estados Unidos y Canadá registraron una reducción del 63 por ciento en la mortalidad por enfermedad cardíaca, según indicó el doctor Jorge Escobedo, coautor del nuevo estudio. Lo atribuyó al avance de los tratamientos y la disminución de la cantidad de personas que desarrollan la enfermedad.
Varios factores explicarían la tendencia en México, según Escobedo, del instituto Mexicano de Seguridad Social, que le ofrece atención de la salud al 45 por ciento de la población. El sistema de salud de México combina el servicio público y privado.
El país está mostrando un patrón similar al de los países que se están industrializando: en la segunda mitad del siglo pasado, cada vez menos mexicanos morían precozmente por enfermedades infecciosas; es decir que cada vez más personas vivían lo suficiente como para desarrollar factores graves de riesgo de enfermedad cardíaca, como diabetes tipo 2, y la enfermedad en sí.
Pero, Escobedo destacó también la influencia de los cambios del estilo de vida, como la reducción de la actividad física y el alejamiento de la alimentación tradicional.
El tabaquismo es otro problema importante en México, en especial en los hombres. Los más jóvenes concentran las tasas más altas de la adicción: el 38,5 por ciento de los varones de 20 dijo que fuma, comparado con el 20 por ciento de los hombres de 60 años.
Asimismo, Escobedo indicó que las personas con diabetes e hipertensión deben controlar ambas enfermedades para reducir el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca.
El acceso al tratamiento es otro obstáculo. En México, los programas públicos y privados de seguro de salud proporcionan un acceso desigual a la atención de buena calidad.
Con información de la Agencia Cultural N22 y Reuters
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