Ciudad de México/viernes, 22 de abril 2011
Revista Distrital
Después de ser bajado de la cruz, el Cristo de Iztapalapa (Gilberto Morales Pedraza) fue llevado por sus apóstoles a la Macroplaza Cuitláhuac en una procesión que duro poco más media hora.
Tras Jesús iba su madre, la virgen María (Leticia Vizcaíno Calderón) envuelta en llanto, acompañada de varias vírgenes y pueblo.
Los apóstoles del Nazareno se relevaron en varias ocasiones para cargar el cuerpo de Jesús, pese al cansancio que les ocasionó la dura jornada de viernes santo, que comenzó con una procesión por los ocho barrios a las 9:00 horas, continuó con el vía crucis y la crucifixión.
El mesías no fue llevado al Santuario del Señor de la Cuevita como estaba previsto. Al llegar a la calzada Ermita Iztapalapa, el cortejo fúnebre siguió de largo hacia el centro de la demarcación.
Pasadas las 16:30 el cuerpo de Jesús llegó a la Macroplaza Cuitláhuac donde el escenario principal ya se había transformado en Santo Sepulcro para recibir al hijo de Dios.
A las 16:45 los apóstoles depositaron el cuerpo del Nazareno en el sepulcro, a la entrada del cual la Virgen María exclamó: “Viniste al mundo para sufrir por todos y por la salvación de ellos. Que Dios que está en los cielos te acoja en su seno hijo mío, hijo del alma”.
Antes de colocar una enorme roca en la entrada de la morada, los apóstoles dijeron que esperarán la resurrección del señor al tercer día de su muerte. (Con información de Notimex)
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