Ciudad de México / miércoles, 20 de octubre 2010
N22/ Distrital Revista
Investigadores franceses y británicos han descubierto el objeto astronómico más alejado conocido hasta ahora, una galaxia que se encuentra a 13 mil 100 millones de años-luz.
Como explican los autores del trabajo, la distancia es asombrosa: cuando la radiación detectada empezó a viajar (a 300.000 kilómetros por segundo), el Universo no era más que un bebé de 600 millones de años, muy cercano en el tiempo al Big Bang primigenio.
Los detalles de la investigación, coordinada por Matthew Lehnert, del Observatorio de París-CNRS, se han publicado en la revista científica Nature.
Originariamente era una minúscula y tenue mancha roja. A partir unas observaciones efectuadas en enero con el telescopio espacial Hubble, los investigadores enfocaron hacia el mismo lugar con el VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO), ubicado en Cerro Paranal (Chile). Buscaban lo que en física y astronomía se denomina redshift o desplazamiento hacia el rojo. En total, dispusieron de 16 horas de observación.
Método más fiable de calcular distancias
El fenómeno del redshift, que ocurre cuando la radiación que se emite desde un objeto tiende al rojo al final del espectro, es considerado por la comunidad científica como el procedimiento más fiable para calcular distancias espaciales.
En el caso de la nueva galaxia, se detectó un nivel de desplazamiento que alcanzó los 8,55 puntos, una cifra que supera el récord anterior de 8,2 generado por una gran explosión de rayos gamma. A aquel fenómeno se le estimó una antigüedad de 12 mil 800 millones de años.
Es la primera vez que los astrónomos son testigos del momento en el que el Universo pasa del estadio de "sombra" al de Universo transparente, es decir, luminoso. "Estas observaciones sugieren que la radiación procedente de las galaxias vecinas ayudó a disipar la niebla de hidrógeno opaco que impedía que la luz se escapara", subraya una nota emitida por el CNRS.
Imágenes en el límite de lo observable actualmente
Lógicamente, poco se sabe de la galaxia, bautizada anónimamente con una serie de letras y números (UDFy-38135539). Lo que está claro es que cuenta con muy poco metal o carbono, como la mayoría de las galaxias maduras actuales, prosiguen los investigadores.
Otro de los autores, Malcolm Bremer, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), explica que "estas observaciones están en el límite de lo que se puede lograr con la mejor tecnología disponible en los mejores telescopios disponibles en la actualidad". "A estas alturas, la galaxia es tan antigua que probablemente no existe en su forma anterior", añade Lehnert.
"A corto plazo ¿prosigue Bremer-, la mejora de la tecnología y el lanzamiento del telescopio James Webb, el sucesor del Hubble, mejorará nuestra capacidad en estudios como este".
Con información de elperiodico.com
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