CIUDAD DE MÉXICO / jueves, 22 de julio de 2010
N22/Distrital-Revista
El testamento oculto de Nostradamus, una de las obras más reconocidas del fallecido investigador esotérico Daniel Ruzo, y que es clave para entender a uno de los profetas más conocidos de todos los tiempos, fue puesto a la venta en México.
El texto ofrece las claves para descifrar no sólo toda la producción de profecías de este famoso vidente de origen francés, sino su texto más importante, aunque ignorado hasta la investigación de Ruzo.
En este testamento, el famoso astrólogo, médico y adivino no sólo señala a quién le delega sus bienes materiales, los cuales desaparecieron casi de inmediato, sino su profecía mayor, la que tendría que ver con el fin de la humanidad.
Daniel Ruzo, de origen peruano, fue el mayor investigador de Nostradamus y formó, a través de décadas, la mayor biblioteca que se haya conocido sobre el profeta provenzal, con miles de libros comprados desde 1946, y que para mediados de los 70 estaba valuada en 500 mil dólares.
Para el investigador criptógrafo, fotógrafo y arqueólogo, el vidente creó un complicadísimo sistema de claves para ocultar un sólo documento.
Para el desciframiento del sistema de claves de Nostradamus, Ruzo invirtió años y años de investigación que combinaba con la búsqueda de las más antiguas civilizaciones. De hecho, se le reconoce también por sus pesquisas para encontrar una civilización primigenia muy adelantada a su tiempo.
Perú, Egipto y México fueron los países a los que Ruzo viajó para encontrar esas evidencias, pues negaba las afirmaciones académicas de que el ser humano sólo había tenido un gran desarrollo a partir de los últimos ocho mil años, mientras que los otros 32 mil habían sido de estancamiento y, por lo tanto, entre otras cosas, habían carecido de herramientas que no fueran de piedra.
Ruzo, quien falleció en 1993, fue uno de los autores esotéricos más reconocidos del siglo XX, publicó diversos títulos, entre los que destacan La historia fantástica de un descubrimiento, El Valle Sagrado de Tepotzotlán y Marcahuasi, entre otros.
Durante varias décadas, recorrió distintas ciudades europeas hasta recopilar la colección más grande del mundo de manuscritos originales y ediciones principales sobre Nostradamus, actualmente bajo resguardo en Nueva York, Estados Unidos.
Con información de: Agencia Cultural N22
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